jueves, 28 de agosto de 2014

La tecnología en el trayecto escolar...

Nosotros, los encabalgados

Hemos nacido en la era del teléfono con disco. El verbo era “discar”. Eso era lo que había que hacer para comunicarse con alguien. Y si ese alguien no estaba, la comunicación podría esperar. No se había creado aún la necesidad de la respuesta inmediata.
Un televisor en blanco y negro acompañaba mis mañanas en casa, durante la escuela primaria. Tenía en la habitación varios estantes con libros y mi máxima diversión era jugar a las cartas con mi abuela paterna. Más tarde llegó el televisor color y las trasnoches mirando videoclips. La videocasetera, la commodore 64 y otros dispositivos fueron poblando las casas vecinas, emergiendo como nuevas tecnologías.
¿Qué ocurría en la escuela? Aparecían tangencialmente estas nuevas tecnologías bajo un régimen disciplinante (Litwin, 2005): los estudiantes disciplinados reciben el premio de la película, el video, lo que reina en casa (esa misma tecnología) entra en la escuela para motivar; los estudiantes indisciplinados reciben el castigo de la escuela, no la película, no el video sino lo analógico, la lectura, el trabajo práctico, copiar más, escribir más, leer más. Este disciplinamiento revela entonces que la escuela es un castigo en lugar de un espacio de aprendizaje.
¿Qué ocurrió, entonces? La tecnología era un monstruo que la escuela debía combatir. Dejaba entrar un poco, filtrada por el ansia de disciplinar y por la necesidad de imponer el paradigma de un saber asociado a la lectura y nada más.
Yo soy un bachiller encabalgado. Egresé en la era analógica y vivo en la era digital



Gracias a esta mirada retrospectiva, pienso que será inútil echarle la culpa a la escuela de entonces, acusándola de oclusiva y anticuada. Es posible que la escuela haya sido incapaz de pensar conjuntamente en disciplinamiento, saber y tecnologías.
¿Qué ocurrió entre 1976 y hoy, casi veinticinco años después de haber terminado la escuela secundaria? Los cambios sociales han sido vertiginosos y elocuentes. Ya casi no quedan teléfonos con disco y es más común el mensaje de texto que el llamado Los teléfonos móviles superan en cantidad a los teléfonos fijos. La sociedad se encuentra hipercomunicada e hiperconectada y dominada por los medios de comunicación que son múltiples: canales de televisión, programas de radio, páginas web, redes sociales.
¿Qué ha pasado con la escuela? La escuela ha quedado tan perpleja como nosotros. Pero ha tenido y tiene la oportunidad de interpelarse a sí misma y repensar su rol disciplinante. Mirar la sociedad, mirarse a sí misma y repactar con esa sociedad nuevas formas de aprender, que modelen nuevos ciudadanos de esta cultura digital. La escuela ya ha dado grandes pasos: gestos de apropiación de las nuevas tecnologías que suman, que motivan a los alumnos y que preparan para este futuro, no para el pasado.
¿Será posible que todos nos pongamos de acuerdo?

Referencias bibliográficas

Adell, Jordi.  Tecnologías y pedagogías emergentes en Edu+TIC. En: https://www.youtube.com/watch?v=O0_BTKdpX3w.
Litwin, E. (2005) De caminos, puentes y atajos, el lugar de la tecnología en la enseñanza. Conferencia inaugural II Congreso Iberoamericano de Educación y Nuevas Tecnologías. Buenos Aires, 30 de junio, 1 y 2 de julio. 


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